Todo salió mal y eso fue lo divertido

15 de Julio 2015

Aunque suene ilógico muchos buenos viajes terminan en risas y buenos recuerdos justo cuando todo comenzó a salir mal. Las complicaciones pueden ser el aderezo de tu viaje.
Todo iba bien, hasta que el viaje se nos hizo cuadritos

Todo iba bien, hasta que el viaje se nos hizo cuadritos Hace un par de años hicimos un viaje con amigos hacia el puerto para alejarnos del estrés. Lo planificamos justo en una temporada de duro trabajo para todos así que lo que menos queríamos hacer era trabajar, organizar o peor, esforzarnos. Ni siquiera era parranda, era un puro viaje de descanso para cambiar de ambiente en un área privada. Para el retorno ya teníamos conductor designado, así que confiados en esto, antes de volver decidimos nadar, correr en la playa y también remar en kayak.

Remando contra la corriente

Al retorno del remo en kayak el viento y corriente en contra nos hicieron difícil la remada. Igual era lo último y no haríamos ningún esfuerzo de regreso... ¿verdad?. Empacamos maletas y comenzamos el retorno. Varios veníamos cansados y adoloridos pero confiados en que lo que faltaba era puro descanso. La autopista hacia Escuintla estaba en plena construcción así que nuestro "chofer" tuvo la brillante idea de irse por Palín.

Tremendo tráfico por Palín

Hasta el momento no sabemos (o no recordamos) qué sucedió, pero la cola de autos era eterna, eran como las 8 de la noche (salimos a las 13:00 del puerto) y no había modo que se moviera un auto. En condiciones normales 2 horas es suficiente para llegar a la Ciudad de Guatemala. Pronto los demás conductores desesperados decidieron probar suerte en el carril contrario y en resumen hubo una atorazón total: ni un auto podía moverse.

Encima se arruina el auto

Estábamos a morir de cansancio cuando tipo 9 de la noche los conductores subieron rápido a sus autos, arrancaron y todos a moverse. Justo cuando encendimos el auto... se apagó y no volvió a encender. Ahi comenzó lo bueno. Todos adoloridos nos tocó empujar el auto mientras la cola se esparcía, esto fue en una pendiente (en subida). Empujábamos y parábamos, volvíamos a empujar y volvíamos a parar. Quien nos veía se reía porque se notaba la mala suerte. Cuando alcanzamos una parte amplia paramos el auto a la orilla para examinarlo, mientras la cola de autos desapareció.

Luego de examinar el auto el dueño dijo "esto no va a arrancar ni empujado ni jalado", la verdad no recuerdo qué pasó, creo que era una falla grave en la bomba de gasolina. Más adelante vimos una casa a la orilla del camino y empujamos el auto hacia dentro luego que nos dieran permiso de guardarlo ahi (no habían más casas alrededor). Cuando regresamos a la carretera no había un alma, solo silencio y no pasaba un solo auto...

Caminando hasta Palín

Ni modo, estresados, cansados y adoloridos en un viaje que debía ser de descanso terminamos empujando el auto y ahora cargando nuestras mochilas y a caminar. Pedimos jalón pero nadie paraba. Caminábamos por la orilla del camino en fila india y recuerdo llegamos a Palín como a la media noche, hambrientos, cansados, adoloridos. Por alguna razón no lográbamos localizar a nadie, había mala recepción de teléfono celular. Algunos incluso habían dejado el teléfono en casa para olvidarse de todo. Creo que nos quedamos sin saldo porque recuerdo que la llamada que nos salvó la vida la hicimos en Palín desde un teléfono público, finalmente un amigo vendría por nosotros y otro día regresaríamos por el auto. Como a la 1:40AM llegó nuestro "taxi", era uno de los amigos que NO había podido viajar con nosotros porque él aún tenía mucho trabajo así que llegó tan cansado como nosotros. Sorpresa... todos a intentar mantenernos despiertos durante todo el retorno.

Basura de viaje (dirían algunos...)

Lo curioso es que el viaje apestó, no fue nada divertido pero vaya si no nos resulta divertido recordarlo. Hubo algo, quizá eso mismo inesperado hizo el cambio: pronto comenzamos a conversar a media noche caminando en la carretera muertos de frío (acuérdense que fuimos al puerto) y luego platicando somnolientos sentados bajo una ceiba y luego en el atrio de la iglesia. Que si la novia esto, que fulanito está pensando en casarse, que menganito PARA NADA, que si la novia aquello, que el trabajo esto, la universidad, etc. Lo que más recordamos es el viaje que comenzó cuando se averió el auto y aunque todos éramos amigos de infancia o de muchos años, abrió las puertas para conocernos mejor a nosotros mismos y entre nosotros. Cambió mucho la forma de pensar sobre los problemas inesperados.

Fue años atrás y cada quien tomó distinto camino, y no faltaron experiencias similares como cuando nos perdimos en un par de volcanes, cuando un viajero olvidó el dinero, cuando nos llovió sin para en el volcán y se mojó todo, todo!, o cuando nos agarró una tormenta en el Acatenango, también la historia cuando se nos desarmó la carpa por fuertes vientos y terminamos enrollados muertos de frío.  Entre mis favoritas está un viaje largo en bus durante una fuerte lluvia y para sorpresa de todos, el bus tenía tremendas goteras y nos mojamos todos. Las mujeres eran quienes más alegaban y eso lo hizo más cómico. Molesto al principio pero al final fue realmente divertido para todos.

Viajar es vivir

De hecho la vida misma es un viaje y muchas buenas experiencias de la vida dependen de cómo las tomemos. No es solo eso de "depende con qué cristal se mire" sino más bien de tu actitud.

Explorador

Lee más publicaciones de: Viajes y turismo