28 de Marzo 2022
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Era posiblemente mi quinto viaje a Tikal (allá por el año 2005) y conocía muy bien los recorridos, en mi biblioteca fotográfica (comercial) contaba con alrededor 200 imágenes del lugar y deseaba ampliar la colección documentando aún más para un proyecto arqueológico, así que viajé dispuesto a caminar largas horas alrededor de las áreas menos visitadas.
¿Cómo perderme si ya conocía?
La imagen inserta muestra el mapa general de Tikal en uno de los senderos de ingreso: el lugar es enorme y se destaca solamente los puntos de interés principales. En realidad Tikal es enorme (575.83 km²) y cuenta con abundantes atractivos arqueológicos que no se ven en el mapa, algunos a simple vista, y otros semi cubiertos por vegetación. Mi primer decisión fue escoger el punto de inicio para cubrir el parque (en espiral) hasta llegar al centro a paso acelerado, algo que había hecho en ocasiones anteriores. Me confié tanto que ni siquiera llevé mi GPS en la mochila.
Al inicio no estaba solo, pues encontré turistas europeos en zonas poco visitadas. Es interesante cómo algunos turistas extranjeros y los guatemaltecos visitan áreas totalmente diferentes. Los guatemaltecos optan por los mismos puntos principales, mientras algunos turistas van por lo profundo selvático.
Había mucho ruido de aves, principalmente oropéndolas; se veía también monos araña y algunos aulladores entre las ramas. Sin embargo no captaron mi atención pues la misión fotográfica eran los vestigios arqueológicos. Pronto me encontré en pequeñas plazas totalmente aisladas, sin un solo visitante
y parecía que ningún animal selvático emitía sonido, se percibía un silencio profundo.
Encontré estelas abandonadas, (las estelas) son monumentos religiosos/políticos en los cuales se realizaban relieves o pinturas, ya sea conmemorativas o bien, informativas. Sin embargo habían sido depredadas, esto significa que la parte importante ha sido removida para comerciar entre coleccionistas sin escrúpulos.
También encontré áreas donde aún se realizaban trabajos de estudio y restauración, algo que pocas veces había visto en viajes anteriores. En lo personal disfruto mucho visitar lugares alejados con pocas personas (o ninguna) y esta visita a Tikal, era uno de esos viajes. Quizá el más aislado fue un viaje a -
Calak Mul-, en México (al norte de Tikal) donde apenas en ese momento había unos 7 visitantes incluyéndome (y el área arqueológica es enorme).
A pesar de la altura de diversos templos mayas que sobresalen entre la selva, desde la mayoría de senderos de mi recorrido era imposible verlos. El silencio se convirtió en la fuerza dominante, y me confié utilizando pequeños senderos para acortar la caminata, ¡ese fue mi error!. Al inicio funcionó todo muy bien, mi orientación no me traicionaba, y de pronto me encontré en senderos que se perdían entre espesa vegetación y la profunda sombra de los árboles selváticos. Quizá a ti te parezca absurdo, pero en mi mente en lugar de preocuparme: aumentaba la emoción. Acá finaliza la historia fotográfica de esta nota, y continúa solamente la narrativa.
Comienza la caminata: perdido en la selva de Tikal
Fue un error utilizar senderos pequeños sin señalización, y mucho peor pensar que en lugar de volver sobre mis pasos valía la pena caminar hacia adelante encontrando lo que en mi mente era un sendero perpendicular, que por alguna tonta razón... estaba seguro encontraría. Por una parte fue necedad, pero por otra era un intenso deseo de explorar el área, alejarme de cualquier otro ser humano, y seguir sintiendo esa agradable sensación de "no hay una sola persona alrededor".
Algunas partes tenían una leve inclinación y el suelo era particularmente resbaloso, no era tierra húmeda (lodo), era suelo kárstico resbaladizo de color claro. Para mi fue como si la selva me estuviese seduciendo, y pronto el silencio agudizó mis sentidos (además de que literalmente estaba perdido), así que comenzaron a aparecer las sorpresas: escuchaba sonidos que no había escuchado antes. Aves, insectos, movimiento de ramas, y lo que parecían pasos entre las hojas.
Perdido en la selva ¿qué te puedo contar que no imagines ya con facilidad?
Diversidad de fauna, desde telarañas enormes, tarántulas con nidos en el suelo, o gusanos diminutos que colgaban de las ramas conectados únicamente por finos hilos que parecían de seda, eran imposibles de ver hasta que te estrellabas con ellos. Es impresionante que apenas era medio día, y la espesa selva convertía todo lo que me rodeaba en un lugar bastante oscuro, así de espesa era la vegetación. Como otras veces: yo completamente tranquilo, pero era importante mantenerse atento a la hora, ya que el área selvática de Tikal es un lugar donde NUNCA quisiera permanecer de noche, así porque sí.
Luego de largas caminatas y retrocesos encontré un sendero seco, sin vegetación en el suelo, y esto significaba que era usualmente transitado. Escuché ruidos y al voltear a ver, lo que presencié es algo que me llevaré gustoso a la tumba: animales, cuadrúpedos y aves, diversas especies se asomaban entre la vegetación a unos 100 metros de distancia. No sé de qué especies se trata porque no tengo ojo de halcón, y no conozco tanto de fauna excepto que vi lo que parecían jóvenes tapires. Era tan cómico como simpático: al voltear se escondían, y al darles la espalda lentamente volvían a asomarse, me parece un comportamiento común en animales que asocian al ser humano con comida (restos), y a la vez también le asocian con una amenaza.
Finalmente alcancé un tramo de la carretera que lleva a Uaxactún (que se ubica al norte de Tikal), y esto ya era territorio conocido así que decidí regresar, cansado pero feliz por la aventura; lamentablemente perdí el día entero, pero tampoco sería la última vez que visitaría Tikal, así que volví para finalizar mi colección fotográfica, y sé que existen más rincones pendientes de visitar en Tikal. Si volviera a tener una experiencia así, tomaría más cuidado en utilizar la cámara para documentar todo lo que se puede encontrar en la selva.
¿Algo de qué preocuparse?
¿Del área selvática de Petén? sí. En principio general, los animales huyen del ser humano, pero sí, aún hay jaguares, además existen serpientes venenosas como la barba amarilla (es venenosa), y algunos visitantes han tenido la mala suerte de terminar con picaduras insectos que terminan infectándose, o la terrible experiencia de terminar con larvas en la piel, que de hecho conocí un periodista que pasó esta experiencia y fue largo el proceso de recuperación. Pero sobre todo, el ser humano es el más peligroso . En viajes anteriores quise realizar una caminata hasta Uaxactún desde Tikal, y también al Zotz, pero me advirtieron que en el área transitan traficantes de vida silvestre y de Xate, además de quién sabe qué más.
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