15 de Julio 2015
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Este punto es delicado: has trabajado todo el año, lo justo es que seas tú quien se divierta y descanse, bueno... tú y tu familia. No pases tus vacaciones agobiado.

Viajar con la familia no siempre te relaja. Con frecuencia cuando llegan tus vacaciones algunos miembros de la familia ya tienen planes para tu descanso. El problema es que a veces esos planes no tiene nada qué ver con descansar. Ten cuidado con esto porque a veces implica viajar a donde no quieres ir. Conversa con tu familia para que los planes de descanso sean realistas, agradables para todos y eviten lo egoísta.
Varias personas, diferentes planes
Con frecuencia el origen del estrés es la diferencia de planes que cada persona puede tener para toda la familia. Si no se puede hablar con libertad y opinar... y si no se puede llegar a un concenso justo, no vale la pena viajar. Sal de la ciduad en paz y retorna en paz, para eso son los viajes, para descansar y divertirte.
Familiares lejanos
Seguro cada descanso te toca ir a visitar a ese primo que vive en la frontera, o a la familia de tu esposa que vive lejísimos. ¡Evita injusticias! no viajes tú todos los años, si tan importante es verse, que viajen ellos también y que sean ellos también los que te visitan.
Lo mejor es turnarse. Si este es tu caso, tener que reunirte con familiares lejanos a los que no precisamente estás contento de ver, entonces adelántate y organiza una reunión en tu casa previo a tus vacaciones e invítalos. Seguro preferirás gastar localmente que viajar y gastar lejos, además aún así el gasto es menor.
Mide tu estrés
A veces una mala semana o un año muy duro de trabajo o de problemas puede significar que la mejor solución sea no viajar, o bien, viajar solo. No te compliques la vida, no te castigues y si sientes muy difícil un viaje, habla con confianza, recuerda que es tu propia familia y deberán comprenderte. (y no son adivinos).
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