16 de Junio 2015
Relato de un viaje hasta las aguas cristalinas de Semuc Champey en Alta Verapaz, al norte de Guatemala.
Panorámica de Semuc Champey Eran las 5:30 de la mañana, y aunque muy cansados del día anterior, nos apresurábamos llenos de emoción. El día anterior, después de más de 10 horas de viaje desde El Salvador, habíamos llegado a Cobán.
Al llegar, después de descansar un rato, y registrarnos en el hotel, fuimos a caminar por el pueblo y encontramos una calle donde había varias casas de operadores turísticos que organizan tours (1ra calle en la zona 1, adyacente al Parque Central.)
Sabíamos que queríamos ir a Semuc Champey, ya que habíamos visto muchos buenos reviews en línea. Preguntamos los precios en los diferentes lugares y volvimos al Hotel.
En el Hotel, nos recomendaron escoger una agencia de viaje por ser los más formales y cumplidos. Nos dijeron que otros a veces cancelan los tours a última hora, o no son puntuales. La recepcionista del Hotel los llamo y nos hizo las reservaciones.
El transporte pasaría a las 6:00 a.m. por nosotros por lo que alistamos nuestras cosas. ¿Que llevar? Pues, traje de baño, toalla, sandalias, repelente para mosquitos, linterna, agua pura, un suéter para el regreso y sé que ni tengo que mencionarlo, una cámara fotográfica. Por supuesto, hay que vestir ropa cómoda y zapatos tenis, ya que hay que caminar. Y puntual, como esperábamos, llegaron por nosotros.
Belleza natural de Semuc Champey El transporte era un microbús bastante cómodo, con aire acondicionado y ya se encontraban un par de turistas en él. Recogimos más personas en el camino, y nos bajamos en el hotel Casa D’Acuña a desayunar (el tour incluye desayuno y almuerzo.) Casa D’Acuña es un hotel mas rústico y sencillo que donde nosotros nos hospedamos, aunque más económico.
Afluente que rodea las rocas en Semuc Champey
Nosotros escogimos Casa Duranta, ya que era el más nuevo de Cobán. Es un hotelito tipo bed and breakfast, las habitaciones tienen baño privado, agua caliente y cable. Tienen un salón con computadoras e internet, caja de seguridad y servicio de fax. Los dueños generalmente están en el hotel por lo que la atención es muy buena.
Éramos mi esposo y yo, por lo que tomamos una habitación doble, que anda por los Q400.
El desayuno estaba delicioso y además compramos te y pastel de macadamia. A las 7:00 a.m., volvimos al microbús y de camino para Semuc Champey. El viaje dura 2 horas y media, pero son 2 horas y media llenas de increíbles paisajes.
Hicimos una parada de 10 minutos en un mirador y luego otra en Casa el Zapote. Éste es un lugar sencillo donde algunos gustan pasar la noche. Tiene habitaciones comunes y baños compartidos, y con espacio para acampar.
Si uno va con el tour, pasar la noche allí, no tiene costo alguno.
Refrescantes aguas nos esperaban. Me dijo que de Cobán se tomaba la carretera al Atlántico como yendo para San Pedro Carcha y que esa carretera me llevaría directo a Semuc Champey. Cuando el microbús se detuvo, todos empezamos a ver por la ventana, queriendo alcanzar con la vista la belleza de Semuc Champey.
Aguas cristalinas de Semuc Champey. Estábamos hambrientos, así que almorzamos frente a las pozas.
¿La comida? El tour incluía un sándwich grande tipo submarino de Jamón, queso, lechuga y tomate, unas galletas de avena riquísimas, una manzana y una enorme botella de agua. Esperamos un momento que nos bajara la comida y nos pusimos los trajes de baño. Que deliciosa estaba el agua fresca y podía ver los peces nadando y de vez en cuando nos daban pequeños mordiscos.
Había bastante vegetación, y hasta pequeños montículos de tierra, que algunos usaban para tirarse de clavado. Nunca en la vida había experimentado algo tan hermoso, al punto que quería quedarme para siempre allí, en el agua.
Como todo paseo, tenía que terminar, y nos esperaban otras 2 horas y media de camino de regreso. Antes de llegar a Cobán nuevamente, pasaríamos por las Cuevas de Lanquín, pero ese... ese es otro relato.
Ericka de Valiente
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