15 de Julio 2015
Recientemente Yaxhá fue reconocida como área protegida, por lo que se está creando un plan de auto-sostenimiento donde el turismo nacional e internacional jugarán un papel muy importante. Es realmente impresionante ver cómo sobre la alfombra verde de la selva petenera se levanta la crestería de la estructura 216, la más alta de este hermoso sitio.
Foto: Edgar Estrada. Son las 8:00 de la mañana, después de un viaje de aproximadamente una hora con salida en Flores, Petén, estamos por entrar al parque arqueológico de Yaxhá. Desde el mirador unos kilómetros antes, logramos observar, entre la neblina que acaricia las copas de lo árboles, un reflejo tenue de la laguna del mismo nombre. Es realmente impresionante ver cómo sobre la alfombra verde de la selva petenera se levanta la crestería de la estructura 216, la más alta de este hermoso sitio.
Desde la cumbre de este monumento se logra tener a la vista un horizonte inalcanzable, las nubes se mezclan con el azul suave del cielo que besa el color verde de la exuberante selva; podemos incluso escuchar a los monos aulladores o saraguates como se les conoce popularmente, es más, la fauna de este lugar está tan poco perturbada que a escasos metros de la 216 pudimos ver una familia de monos araña. Este lugar es bastante grande, para poder conocerlo todo debemos pasar todo el día caminando por sus calzadas, subiendo a sus plataformas y paseando entre su misterioso silencio.
La restauración de sus estructuras actualmente se encuentra en un estado avanzado, cuando lo visitamos, la plaza central estaba por terminar este proceso. Es importante mencionar que las comunidades aledañas al sitio colaboran activamente con la preservación del lugar en mención. Recientemente Yaxhá fue reconocida como área protegida, por lo que se está creando un plan de auto-sostenimiento donde el turismo nacional e internacional jugarán un papel muy importante.
Laguna de Yaxhá. Foto por Edgar Estrada. Algo interesante es saber que el sitio arqueológico se desarrolló a la orilla de la laguna de Yaxhá, una extensión de agua completamente hermosa, debido a que se encuentra ubicada en un terreno donde predomina la piedra caliza, materia prima para las edificaciones mayas, el color de sus playas es blanco. Es increíble la sensación que se da cuando nos sentamos a la orilla de la laguna a contemplarla, es casi como un arrullo, un delicado murmullo del viento que te abraza y te regala una relajación mágica, perfecta para poder reflexionar sobre la gran belleza de nuestro país.
Muy cerca al sitio podemos encontrar el hotel ecoturístico "El sombrero", el único en muchos kilómetros a la redonda, un acogedor rincón para meditar el viaje. Podemos alquilar alguna habitación o bien, con la autorización del gerente acampar dentro de las áreas disponibles para este fin.
Edgar Estrada
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