Chilascó, la catarata más alta de América Central

19 de Julio 2015

El Salto Chilascó, como le suelen llamar, ofrece un bosque húmedo, buen trekking, vegetación y frescos riachuelos. Esta cascada, en Baja Verapaz, se corona como la más alta de América Central.

Chilascó es la cascada más alta de América Central.

Chilascó es la cascada más alta de América Central.

Cuando fuimos la primera vez, estábamos todos a la expectativa pues medio mundo habla de la altura de esta cascada. El nombre, Salto Chilascó nos pareció siempre bastante “pintoresco”.

Caminamos durante un buen rato, despacio porque la humedad y lo accidentado del suelo ofrecían buenas oportunidades a los resbalones. Era de esperarse porque la tierra está bastante suelta y una gran parte del camino es inclinada. Aún así, Semana Santa castigaba con el calor que la caracteriza.

Ya algo desesperados comenzamos a “comer ansias” como decimos, y estábamos todos a la expectativa. Pero la caminata valió la pena.

El ruido fue lo primero que escuchamos antes de alcanzar la vista de la cascada. Era fuerte y reflejaba muy bien la idea de lo que nos faltaba por ver.

Era inmensa... el agua caía con fuerza pero parecía como si lo hiciera en cámara lenta, rebotando de roca en roca. La vegetación era abundante.

Humedad y más humedad

Chilascó, la catarata más alta de América Central
Decidimos acercarnos más a la cascada de Chilascó, y lo hicimos con mucho cuidado. Una suave y fina brisa se forma por el agua que choca con las rocas, y ésta misma brisa moja todo alrededor. Las rocas están húmedas y el suelo bastante suelto.

Conforme uno se acerca al afluente de la cascada, se hace cada vez más difícil no resbalarse.

Finalmente llegamos y pudimos tocar el agua, bastante fría por cierto.

Dependiendo del tramo, algunas rocas enormes te permiten subir y ver pasar el agua por debajo de ellas. Estamos hablando de que entonces, estás en medio del afluente.

Una caída sería fatal

Chilascó, la catarata más alta de América Central
Tanta emoción nos había sacado por completo de la noción de dónde estábamos. Como siempre, un grupo no se animó y se quedó viendo las cosas desde lejos.

Pero otros nos animamos a subirnos a las rocas y de repente, darnos cuenta de dónde estábamos: en pleno afluente. Intentamos avanzar más pero lo ligoso y liso de las rocas, por la humedad, lo hicieron imposible. Resbalamos varias veces y casi caemos. No fue una idea muy brillante dada la topografía del terreno, pues si caes, lo harías por muchos metros hasta abajo rebotando entre las rocas...

Finalmente nos reunimos en otra parte de la cascada para tomarnos la respectiva fotografía grupal.

Es bien importante informarse antes de llegar y preguntar en la comunidad de Chilascó, pues hay quienes han llegado y han encontrado un afluente muy pequeño, y han caminado tranquilamente entre las rocas... esto es peligroso, porque el afluente a veces se presenta así, pero las corrientes no se anuncian, y sin avisar, podrían inundarlo todo para desaparecer del mapa a cualquiera que esté en el camino.

Esto es bien común en valles, ríos y barrancos en general. Se les conoce como “torrentes”. Un minuto estás con el agua hasta las rodillas y al siguiente el agua barrió con todo.

Para llegar a Chilascó

Debes tomar la carretera que lleva hacia el Atlántico, y antes del “Rancho”, tomar el cruce hacia las Verapaces. Una vez en Baja Verapaz, alrededor del kilómetro 142, verás un cruce de terracería que asciende hacia tu derecha. Desde ahí no hay pierde.

En Semana Santa llegan muchos visitantes y hasta encontrarás guías y un parqueo lleno, pero en general, en toda época del año, es recomendable viajar en grupo pues se han reportado asaltos en este tramo.


Explorador

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