24 de Febrero 2016
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Le conocí por casualidad en un trabajo fotográfico del Teatro Nacional, se encontraba en "su oficina" entre libros y planos. Ya conocía de su historia pero no su persona, imaginé alguien serio, frío y gruñón (qué equivocado estaba.) Cubrió diversas disciplinas artísticas, era una mente inquieta y siempre progresiva pero lo más impactante era su naturalidad y su humanidad.
Algunos lo llaman padre del Teatro Nacional, pero no se comportaba como si fuera suyo: sino como si fuera TUYO.
Imposible olvidar la calidez humana de alguien así, ahora en un mundo de ciudad donde personas contratadas temporalmente pueden llegar a acutar como si fueran los dueños de los edificios o auto etiquetarse con títulos académicos sin haber diseñado siquiera un borrador, acá era diferente, humanidad y sencillez aplastante.
Una filosofía de puertas y espacios abiertos, amable, algunos entraron a su oficina por error preguntando por algo, como dónde estaba tal y cuál lugar, o la salida, etc. No faltó quién sin conocerle pensara que simplemente "
trabajaba" en el lugar.
El Teatro Nacional
Es tan solo UNA de sus obras más famosas. Se inició el proyecto de un teatro nacional pero vivió desafíos e interrupciones, para cuando llegó a las manos del Maestro tenía ya limitantes: debía trabajar con bases establecidas por previos trabajos en obras y planes anteriores, no totalmente desde cero, en lugar de ser más fácil, hacía esta obra mucho más difícil.
Dejó un legado de arquitectura y urbanización integrada con el entorno, un todo armónico, su ingenio hizo realidad una obra artística, y no un edificio cajón. Podríamos escribir párrafos enormes sobre sus habilidades, su arte, sus obras, (sugerimos para eso la
Wikipedia o algún ejemplar biográfico) pero terminaría como una mini biografía fría cuando fue una personalidad cálida.
¿Qué le pasó al Teatro Nacional?
¿Por qué no es un museo viviente de puertas abiertas? ¿por qué se volvió tan burocrático para los visitantes?. Nos hablan de seguridad, personal y planes pero pasa el tiempo y no se ve nada, se extraña cómo era en tiempos pasados con sus puertas abiertas y accesible al público. Tanto por hacer: visitas guiadas, charlas, expertos en arquitectura o incluso programas de voluntariado, quizá fases obligatorias de trabajo social para estudiantes de ingeniería, arquitectura e historia para explicar a otros un cortos recorridos la historia del lugar. Su caso ya fue protagonista en artículos de periódico que hablan del abandono. Abren temprano las oficinas pero difícil ver a los directivos en ellas a la hora en punto.
Sin embargo cerca de La Antigua Guatemala se abrió un espacio dedicado a sus obras, incluso una sala museo.
Tenedor del Cerro en La Antigua Guatemala
Cuenta con puertas abiertas y recibe amablemente a los visitantes, es obra del conglomerado de Santo Domingo en La Antigua Guatemala. El Tenedor del Cerro cuenta con un restaurante de gama y variedad internacional, vistas a los volcanes de Agua, Fuego y Acatenango, áreas verdes y ventas de artesanías así como actividades varias según la temporada.
Pero también es hogar de
arte y tributo a Efraín Recinos. Aqui se encuentra una sala museo con su nombre exhibiendo su legado, trayectoria y objetos personales. Diversas áreas verdes se combinan con murales, mosaicos, esculturas y más con toda su huella en recuerdo a su labor. No es el único lugar que dedican a Efraín Recinos, pues el Paseo de los Museos del Hotel y Restaurante Casa Santo Domingo también muestran ejemplares de su obra.
¿Precio de entrada al Tenedor del Cerro y sus áreas exhibiendo arte? nada, gratis, puertas abiertas y una cálida bienvenida. El parqueo es tarifa aparte, puede que algunas fechas o eventos sea sin cobro.
En Guatemala hemos vivido situaciones donde personas cuentan anécdotas de Efraín Recinos para enfatizar que trabajaron con él, que les regaló un dibujo, que le plantearon un proyecto, etc etc pero resalta demasiado el "yo", más que el personaje realmente es importante de ése breve momento. Pero hay momentos y personas gratas que al contar las historias hablan de la persona, del humano y se vuelve evidente la evocación de agradables recuerdos, por eso entre tantas anécdotas solo he escogido una (y ajena):
Nos contaba la Licenciada Suasnávar (con gran trayectoria en el ámbito cultural y parte del conglomerado Santo Domingo) un enjambre de gratas anécdotas con el maestro, pero de las más coloridas fue cuando un grupo de niños se acercó y naturalmente le desconocían como maestro, seguro veían a un señor pintor, amable, lo curioso fue que se acercaron como si fuera otro niño con quién jugar y hasta le jalaban las barbas. Añade que algunos presentes se alarmaron pero Efraín Recinos interrumpió con un "déjenlos" pues le encantaba participar con los niños.
Felicitaciones entonces a la obra de puertas abiertas por Santo Domingo y quienes lo han hecho posible. Son tan importantes estos espacios abiertos rodeados de cultura, claro que aportan al entorno, a la sociedad y a todos los guatemaltecos: ya hace falta escuchar a niños diciendo "que yo quiero ser pintor", escultor, etc etc.
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