21 de Julio 2015
- Inicio
- Volcanes
Un ascenso al volcán activo más visitado de Guatemala. Esta vez el fuerte viento en contra y la inusual actividad de gases azufrados hicieron más interesante el viaje que duró más de lo esperado.
Volcán Pacaya. Foto por Héctor Roldán.
El Volcán de Pacaya Tiene una altura de 2,500 metros sobre el nivel del mar y es un gran atractivo pues está en actividad constante. Está ubicado en Guatemala y para llegar se debe tomar la carretera al sur, hacia la costa y seguir la señalización que se encontrará refiriéndose al área protegida del mismo nombre. ste fue mi segundo ascenso y en esta ocasión nos dirigimos un equipo de tres personas. Iniciamos nuestro viaje temprano pero encontramos dificultades en el paso por un derrumbe en la carretera. La al filo de las 10:30 de la mañana nos encontrábamos en el registro de visitantes en el volcán. Por ser un destino visitado frecuentemente, se cuenta con guardianes cada cierta cantidad de metros y se registra cada persona que sube, corroborando siempre que baje el mismo número de personas. Comenzamos el ascenso y aunque nublado por señales de lluvia y el humo del volcán, el sol del medio día hizo su trabajo haciendo más difícil el ascenso.
Humo y viento en contra
Este ascenso fue particularmente interesante por el viento fuerte que venía encontra. Usualmente el viento siempre da hacia la parte trasera del volcán, haciendo más fácil el ascenso, pero en esta ocasión, el viento venía hacia nosotros.
El viento no es el problema, el problema es el humo azufrado que hace difícil (imposible) respirar. Continuamos y llegamos a la parte arenosa del Pacaya sin problemas. Luego comenzamos el empinado ascenso que toma como 30 minutos a paso firme (y como 3 minutos en bajar...). Tips para hacer más fácil el ascenso:
1. Al dar el paso, darlo con fuerza usando la punta del pie para introducirlo en la arena.
2. Procurar poner el pie en donde otros ya lo han puesto. Esto nos ahorrará deslizamientos. Una vez llegamos a la última pequeña planicie, encontramos un grupo de bomberos que nos recomendaron no continuar por el fuerte olor a azufre. Tosían con fuerza y mostraban irritación en los ojos.
Ya en mi ascenso anterior había experimentado los efectos de este humo en la respiración... sencillamente la garganta se niega a dar paso al aire y no se puede respirar... sin embargo esta vez fue peor... el viento era fuerte y la actividad humeante era mayor. Pero decidimos continuar ya que estábamos tan cerca de finalizar nuestro ascenso y regresar a intentarlo de nuevo no parecía tan buena idea... hay que hacer diferentes cimas para evitar la monotonía.
Llegamos a la orilla del cráter con mucha dificultad pues lo fuerte del humo afectaba la garganta, pulmones y también la vista.
Una vez en el borde, tomamos las fotografías que pudimos y por unos segundos el viento aclaró la situación y capturé el color amarillento del suelo y borde del cráter, el cual es caliente al tacto y bastante sólido, aunque existen áreas cercanas con peligro de roturas. Nos detuvimos solamente unos segundos y comenzamos el camino de regreso y el humo volvió a atacar. Es de tomar en cuenta al considerar subir el volcán que existe el riesgo de no poder alcanzar el borde del cráter, y aún estando ahi, hay que sopesar si vale la pena el riesgo, pues realmente es imposible el respirar y subir es la mitad del viaje... hay que bajar...
Pedro, Will y Héctor en el descanso previo al cráter el Volcán Pacaya. Regresamos a la planicie cercana al cráter, donde el viento apenas nos alcanzaba y almorzamos ahi. Tuvimos suerte... el Volcán de Pacaya nos mostró otra de sus facetas... fue más cansado y la dificultad del humo le puso el sabor de riesgo al ascenso. Al menos no subimos con lluvia como en la última ocasión. Ahora tterminamos tarde y de todos mis ascensos a volcanes, este fue bastante tardado por la dificultad de respirar. Al final nos detuvimos a descansar en las proximidades, donde hay unas planicies verdes y pequeños boulders para practicar un poco de escalada.
XplorandoGuatemala.com
Publicaciones relacionadas:
Lee más publicaciones de: Volcanes