19 de Julio 2015
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Sentado frente al mar contemplando su inmensidad, sintiendo en los pies la suavidad de la arena, sintiendo la brisa en el rostro, escuchando el ruido de las olas, la mente vuela como las aves sobre aquel manto azul mientras se contempla un maravilloso atardecer, a tu mente viene un pensamiento...."disfruta cada momento de la vida".
Al contemplar una atardecer sea en la ciudad o fuera de ella, uno nunca deja de asombrarse de las cosas tan increíbles que se pueden observar, el día domingo fue perfecto para apreciarlo desde la playa de Sipacate, ubicada al sur de Guatemala. Llegar es fácil, se toma la autopista hacia Escuintla y se siguen las indicaciones en la carretera que llevan directo al destino.
Como es costumbre, este viaje, fue planificado muy espontáneamente, un día anterior, luego de una noche de parranda, Héctor, Manuel y yo luego de haber almorzado en casa de unos familiares de Manuel en Siquinalá, decidimos aventurarnos a este lugar, era una tarde de relax.
El camino hacia allá no se sintió, por que en el camino fuimos filosofando sobre un tema universal y propio de conversaciones de hombres "las mujeres" y como todo buen hombre, no encontramos la respuesta, así que mejor "más diversión y menos filosófía".
Al ir acercandónos a aquel lugar, el ambiente se hacía más caluroso, teniamos la inquietud de ir a ver a los surfistas deslizarse por las olas, pero quizás por la hora, las olas no se prestaban más que para unos cuantos momentos de adrenalina, y la mayoría solo nadaban en el agua en espera de una buena ola.
Sin embargo el sentir la brisa del mar, el ruido de las olas, causa un momento de relajamiento, tanto así que aprovechamos a tomar el sol y una siesta en la playa. Las aves volaban en formación, mientras el rey sol se iba ocultando en el mar. no sin ocasionar un suspiro en algunos de nosotros que recordamos un momento con aquella persona especial caminando sobre la playa al atardecer, recuerdos nada más.
Luego de aquel merecido y confortante descanso, tomamos algunas fotos y uno de mi estimados amigos, empezo a realizar una escultura en la arena, dedicada a nuestro tema de conversión en el camino, y luego se nos ocurrio hacer una carrera, en realidad fueron dos en las cuales Héctor ganó, y en realidad un pensamiento vino a mi mente "dimos lo mejor de nosotros mismos en ambas carreras, y es bueno tener amigos que van en la misma dirección aqui no importa quien gana, sino que todos lleguemos a la meta"
En realidad, fue una tarde interesante, divertida, donde las bromas se hicieron presentes en todo momento, y pudimos ver el momento en que el sol parecía sumergirse en el agua, mientras la luna iba saliendo en el lado contrario.
Realmente no era la intención escribir un artículo sobre este lugar, sin embargo como siempre hemos dicho, queremos compartir estos lugares que pueden ser visitados por todos los guatemaltecos, que ya no nos digan "que dichosos que viajan tanto" sino "yo también ire ahí" por que es un rincón de nuestra Guatemala.
Y lo curioso es que la supuesta "lejanía" de los lugares es aparente pues cuando decimos que un viaje ha surgido espontáneamente, es en todo el sentido... en unos minutos nos ponemos de acuerdo y listo.
y aunque no puedas ir hasta alla, cuando salgas de la oficina ve hacia el cielo, y contempla el atardecer, nunca hay dos iguales...siente la dicha de estar vivo.
Pedro Mejía
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