19 de Julio 2015
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- Escalada en roca
La escalada no es precisamente un deporte de equipo, pero los compañeros influyen mucho en nuestro rendimiento y son indispensables para practicar esta disciplina.
No hay nada como una buena ruta en la roca, buen paisaje, buen equipo de escalada, excelente clima y... los compañeros de escalada.
La camaradería y compañerismo que se encuentra en los deportes de montaña es difícil de encontrar en otros deportes, especialmente el tipo de confianza que se llega a dar entre los "partners" o compañeros de escalada.
Tal confianza tiene sus raíces no solamente en las largas caminatas y ascensos a volcanes, montañas o cerros para llegar a las rutas, se basa directamente en que cada vez que escalamos, le confiamos la vida a quien se encuentra en el otro extremo de la cuerda: el asegurador.
En pocas actividades se puede ser testigo de cómo se arriesga alguien, igualmente ser testigo de sus miedos, sus contradicciones y su fuerza de voluntad. Al mismo tiempo, al escalar, nuestros compañeros de escalada verán cómo enfrentamos situaciones de alto riesgo y cómo nuestra voluntad se sobrepone o no ante tales retos.
En la escalada en roca, los partners, aparte de ser amigos y compañeros, cumplen una gran función de motivación, guía, consejo, presión y entrenamiento para mejorar nuestro nivel.
Todo escalador en algún momento inicia el viaje de búsqueda del "partner" para entrenar duro en exteriores, lo cual toma tiempo pues es difícil encontrar un amigo(a) con quien sea fácil congeniar en viajes largos y a la vez que mantenga un entusiasmo y fuerza de voluntad altos para escalar duro.
Y es que la vida en la montaña no es cosa fácil...
La escalada involucra de entrada, viajes largos, caminatas y ascensos en ocasiones extenuantes cargando cuerdas, arneses, cintas, etc. Y si se trata de acampar, la cosa puede empeorar pues se añade el peso de la carpa, comida, etc.
Es fácil malhumorarse en este tipo de viajes largos, especialmente cuando las rutas son difíciles y no logramos terminarlas como queremos, por lo cual, es necesario alguien que de verdad lleve las montañas y la roca en las sangre. Igualmente es necesario respetar los espacios personales cuando nos retraemos para reflexionar en la montaña o para leer la ruta en silencio durante largos lapsos.
Pero sobre todo, en la montaña se necesita un gran sentido de camaradería y compañerismo. Este tipo de amistad es difícil de encontar y para muchas personas será difícil de imaginar, pues no habrán tenido la experiencia de tomar un riesgo donde gran parte del estrés se alivia al saber que abajo hay alguien pendiente de cada uno de nuestros movimientos, listo para tensar la cuerda y mantenernos en una pieza.
En fin, los escaladores somos personas privilegiadas que disfrutamos paisajes que solamente pocos pueden disfrutar, vistas impresionantes, retos y metas alcanzadas, y sobre todo, el privilegio de este tipo de amistad, en la cual sabemos que podemos confiarle la vida a quien nos asegura y viceversa.
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