17 de Julio 2015
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Los adornos coloridos de los sombreros de Esquipulas tienen una historia de penitencia. Ahora, estos colores adornan también los autos de los viajeros. Dale un vistazo a su origen
Quien visita la Basílica de Esquipulas retorna siempre con adornos de colores en sus autos, o con los tradicionales sombreros que dieron origen al emblemático adorno colorido.
Cuenta la historia que antes, cuando solo se llegaba a pie o a lomo de mula, los visitantes llegaban por un lugar llamado Cruz Alta, donde había abundante musgo, pinares y vegetación de diversos colores.
Al viajar se tenía que cumplir un conjunto de tradiciones, un ritual de camino. Este ritual iba en relación con la fe, petición o agradecimiento del viajero, quien debía escoger la distancia que caminaría con una piedra sobre el hombro. El tamaño lo escogía también el penitente.
Quienes ya habían hecho la peregrinación y acompañaban al viajero que hacía la penitencia por primera vez, se adelantaban y adornaban Cruz Alta (una histórica cruz tallada en piedra) con musgo y paxte verde, frutas y flores para luego, seguir un ritual de penitencia donde se castigaban las piernas.
Terminado todo el ritual, se adornaban la cabeza con los frutos y colores. Esto declaraba que estaban listos para llegar a la Basílica.
Pronto se convirtió en tradición de adornar sombreros de romeristas (peregrinaciones para rezo del rosario). Estos sombreros pueden comprarse en el mercado a pocos metros de la Basílica o en los alrededores de la misma.
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