Visita a los Cuchumatanes

09 de Junio 2015

Los puntos montañosos más altos de Guatemala residen aquí. Los paisajes y vistas de los valles son algo verdaderamente impresionante.


Visita a los Cuchumatanes
Los paisajes aquí en Huehuetenango rompen con lo tradicional visto en Guatemala y hacen que uno sienta que está fuera del país.
Llegué a Huehuetenango con muchas expectativas pues había recibido comentarios de su paisaje rocoso, excelente para la escalada en roca y practicar boulder. Las formaciones rocosas a la orilla de la carretera son muy llamativas y abundantes.
El viaje es largo pero la espera es algo que vale la pena. Es un lugar limpio donde la densidad poblacional hace posible que en el campo y montañas, cada vecino esté a cientos de metros de distancia.  Aún queda mucho bosque virgen y el clima templado-frío hace agradable la estancia.

Tomamos la Carretera Interamericana, dirigiéndonos a Quetzaltenango, en donde hicimos una parada para escalar en Cerro Quemado, practicar un poco de boulder, comprar provisiones para el resto del viaje y descansar un poco.
Acampamos ahi y continuamos al otro día, sin embargo, desde el desayuno ya estábamos completamente ansiosos por llegar a Huehuetenango y buscábamos las montañas rocosas que se ven como siluetas en el paisaje lejano, visto desde uno de los puntos altos de Cerro Quemado. El frío en Xela no fue mucho y nos hizo bastante agradable la noche para poder prepararnos y continuar.
Aquí escalamos duro pero considerando guardar energías para la tierra del boulder. Y no nos equivocamos, realmente es la tierra del boulder.

Al fin llegamos

-
Soy fotógrafo empedernido, sin embargo al llegar a Huehuetenango hice una excepción sobre tomar fotografías..., seguimos directo hacia las montañas sin hacer paradas pues la ansiedad tocaba a la puerta.
Existen muchos lugares y aspectos arquitectónicos por capturar en fotografía, sin embargo nuestro viaje era de montaña y quisimos evitar lo más posible la ciudad y sus comodidades, al igual que cualquier contacto que no fuera con la naturaleza.
Comenzamos el ascenso por la carretera hasta el mirador y fue ahi donde nos detuvimos un momento para apreciar el paisaje, tomar unas cuantas fotos y sobre todo, apreciar los primeros muros de roca que se divisaban en el paisaje. Fue interesante observar desde ahi el curveado camino que llevábamos recorrido.

Chiaval

Llegamos a Chiaval, donde acampamos e hicimos un poco de boulder. El paisaje era limpio y agradable, con Piedras Cuaches al fondo, otro destino de escalada que visitaríamos en otra ocasión.
-
Observamos un atardecer de tonos saturados en rojo y azul y esperamos al día siguiente dentro de las carpas.
Cuando nos preparábamos a entrar a dormir pudimos constatar que había hielo formado en la superficie de las carpas...
Llevaba un termómetro electrónico y lo dejé en la orilla de la carpa para constatar la temperatura y alcanzamos los 3 grados centígrados bajo cero y no fue fuera de la carpa... Si así fue dentro de una carpa de dos estaciones, no quisiera tener que dormir a la interperie.
Es un frío que recordaré bastante tiempo... Es importante llevar ropa de algodón y vestimentas aislantes.

Ascenso por las Ventosas

Finalmente, al otro día, llegamos a las Ventosas, un pequeño poblado ubicado en el valle al pie de las montañas. Iniciamos el ascenso en un 4x4 pues es imposible realizarlo de otro modo y caminando nos tomaría demasiado tiempo.
Luego de talvez una hora de ascenso llegamos a una planicie en la cual comenzamos nuestro camino para buscar un lugar en el cual acampar.
Estábamos ya en uno de los puntos más altos de Guatemala (no volcánico) y la altura ya se hacía sentir. Todos deportistas y sin embargo percibimos la agitación en las palpitaciones cardiacas y la respiración alterada.
Es importante mantenerse BIEN hidratado pues el organismo hace un esfuerzo por aclimatarse. Los labios secos y agrietados ya son señales de deshidratación tardía... y seguro dolor de cabeza.
Esperamos el atardecer y la vista nos dejó totalmente sin palabras.

-
Contaba ya con muchos ascensos a volcanes, todos con amaneceres y atardeceres impresionantes... pero los colores y nubes que pude ver desde los Cuchumatanes son algo que permanecerá en mi top 10 de recuerdos durante mucho tiempo.
Realmente sentí alegría y pena a la vez. Alegría por ser afortunado y poder contemplar el país donde vivo. Y pena y tristeza al saber que muchas personas en Guatemala pasarán por la vida sin ver algo remotamente parecido, y que en el futuro todo esto cambiará y probablemente no queden muchos árboles qué ver.
El rojo-naranja del atardecer le agregó dramatismo a lo que pensaba en ése momento. Ahora teníamos la ansiedad de saber cómo sería el amanecer.
La noche fue fría y tuvimos un poco de problema para conciliar el sueño. La altitud se hizo sentir, al igual que el frío, que alcanzó otra vez, varios grados bajo cero. Al siguiente día, desde las carpas esperábamos los primeros indicios del amanecer, y a los primeros rayos de luz dimos la alarma y salimos rápidamente a alcanzar las cámaras y comenzar el ascenso del lugar en el que estábamos.
Subimos corriendo y fue agotador dada la altidud. Llegamos a la cima y vimos hacia el otro lado, alcanzando a ver una impresionante línea del horizonte curveada.
Se observaban las cimas de varios volcanes: Acatenango, Fuego, Agua, Santiaguito, Tacaná, Tajumulco y la cordillera montañosa.
El silencio se hizo presente de nuevo y luego de varios minutos comenzamos el descenso. Habíamos cumplido con nuestro afán de visitar los Cuchumatanes.
Luego de recoger todo el campamento, bajamos al pueblo de nuevo y desayunamos finalmente (como a las 10:30AM).
Y aunque queda la satisfacción y lo apremiante de ver todo esto, queda también una sensación de inconformidad, pues ninguna charla o fotografía logrará capturar y relatar lo que vimos ahi. Es algo que se debe contemplar con los propios ojos.
Luego consideré de nuevo a todos los que buscan bellezas en otros países argumentando que acá hay poco qué ver... y me di cuenta de lo equivocados que están... y que este es solamente uno de los TANTOS lugares por visitar. Sin duda tenía muchos viajes qué planificar.

Lee más publicaciones de: Montañismo