Nunca antes habíamos escuchado este nombre, pero en un viaje a la Finca Trinidad, nos mencionaron la existencia de una curiosa cueva con un nombre igual de extraño. Visitada por locales con motivos religiosos, constituye un aporte nuevo del que no se conoce nada popularmente.
La espeleología, estudio y exploración de cuevas, constituye una actividad fascinante, claro, no apta para claustrofóbicos (fobia a espacios cerrados o recintos pequeños). En esta ocasión, viajamos a Huehuetenango a visitar esta curiosa cueva. Hicimos las preguntas respectivas pero no nos dieron razón alguna del por qué de su extraño nombre "Cueva del Rayo".
El recorrido es bastante largo, por lo que vale la pena informarse para contar de antemano, con un itinerario planificado con varios destinos que hagan valer la pena el viaje, que lleva finalmente hasta un par de kilómetros con la frontera con México.Ahi cerca encontrarás dos cenotes secos, el Cimarrón y otro del que no fue posible averiguar otro nombre más que "el otro cimarrón...". También estarás cercano a la carretera que lleva a la Laguna Brava o Yolnabaj (utiliza el buscador del sitio para localizar la nota de este destino).
Un largo viaje
Para llegar al lugar, debes tomar, desde la Ciudad de Guatemala, la Carretera Interamericana, dejando en el paso a Xela, la cabecera de Huehuetenango, La Democracia, Nentón y finalmente llegar hasta la Finca Trinidad, la cual deja de ser tal, para convertirse ahora en Comunidad La Trinidad. Todo el camino está asfaltado exceptuando un tramo cercano a Guaxacaná, el cual es de terracería transitable en un automóvil tipo sedán. No es necesario un 4x4 para llegar finalmente al destino.
A todo esto, ya en La Trinidad, estarás a tan solo un par de kilómetros de México y si buscas en las tiendas encontrarás ya bebidas mexicanas. De hecho, desde la parte alta en la entrada a la cueva se pueden ver poblados mexicanos en las cercanías.
Es recomendable llegar bien preparado pues no se consigue señal de celular con ninguna empresa, lleva siempre aceite, llanta de repuesto en buen estado y caja de herramientas. El tráfico en todo este tramo no es abundante así que te recalco, ve con la preparación del caso. Para los escaladores de roca, Huehuetenango representa un paraiso. En todo el tramo de terracería encontrarán abundantes formaciones prestas para boulder (escalada de dificultad a baja altura, sin cuerda).
Sin embargo no hay que obviar la advertencia al transitar por los caminos entre la vegetación semi-seca: es frecuente encontrar serpientes.
Una vez en el lugar
La cueva se encuentra a menos de 5 kilómetros desde La Trinidad, una vez ahi se comenzará el descenso. No se debe hacer ruido, ya sea hablar en voz alta, ni gritar, ni llevar música y mucho menos golpear las rocas o los muros rocosos... hay abejas. Tampoco se debe utilizar perfumes. El fuerte zumbido fue lo primero que notamos al llegar al lugar. Era un enjambre bastante grande. Cercano a esto se encuentra un altar improvisado en una cavidad entre la roca.
Luego de transitar por un descenso semi-accidentado, se alcanza la entrada a la cueva. De hecho hay varias entradas pero solamente una lleva considerablemente hacia dentro. La primera cámara es espaciosa y lleva a un recorrido interno en el cual hay que escurrirse entre la roca para avanzar.
Más adentro
La cueva en sí es un sistema de varias cámaras menos espaciosas que la de la entrada. Luego de pasar los primeros pasajes arrastrándonos, llegamos a otras cámaras donde habían velas, botellas y marcas en las paredes con oraciones y frases irónicas de "cuide la cueva"... Fue lastimoso encontrar tantos rayones en los muros y basura de ametralladoras (fuegos artificiales para celebraciones). En total encontramos cinco pasajes de tamaño reducido por los cuales es necesario escurrirse. Los pasamos todos y encontramos uno finalmente que retaba la técnica... pero la ausencia de cascos y cuerdas impidió que entráramos a explorar.
Esta cueva parece ser frecuentemente visitada para rituales religiosos pues las paredes estaban completamente cenizas por el uso de velas.
Mineralizaciones
A pesar de todo, entre las piezas rotas y contaminadas por el humo, fue posible encontrar varias estalactitas y mineralizaciones caprichosas que aún muestran crecimiento. Cabe recordar que lleva cientos de años que aumenten su tamaño por milímetros, y tocar dichas formaciones, las contamina y detiene la acumulación de minerales, y por ende, su crecimiento.
Finalmente, esta cueva permanece como un destino tímido que no reveló mucha información sobre su historia, por sí misma ni por los locales que viven en las cercanías.