Yaxhá, entre naturaleza y templos mayas

19 de Julio 2015

Este sitio arqueológico está impregnado de la presencia de sus antiguos habitantes mayas. Caminar por sus calzadas rodeadas por templos mayas de mediano y gran tamaño hace pensar que se ha viajado hacia atrás en el tiempo.

Yaxhá, entre naturaleza y templos mayas

No me quedó duda... viajar a Yaxhá es viajar en el tiempo. No solo la extraordinaria labor de reconstrucción realizada en el lugar, sino la distribución de los templos que armonizan con el entorno, son suficientes para quitarle el aliento a más de alguno. Quedamos bastante satisfechos como viajeros (y eso que somos bien exigentes y varios hemos ido ya a muchos otros lugares hermosos) y quedamos más que orgullosos ver a hermanos centroamericanos caminando en el lugar con esa expresión de total sorpresa y asombro.


Para algunos que venían desde muy lejos la descripión del lugar les bastó para animarse y según nos decían: "es cierto, este lugar está bien chivo, impresionante".

Así que si lo que buscas es más que un viaje a un lugar hermoso ni lo dudés, Yaxhá es toda una experiencia.

Tikal, también en Petén, es el sitio turístico más famoso de Guatemala si hablamos de los mayas. Yaxhá es comparable en belleza, magnitud y sobre todo en escencia. Con toda razón es parte del itinerario de los viajeros de buen gusto.

¿Y dónde queda Yaxhá?

La playa se ve preciosa y ganas de nadar no faltan pero la idea de los cocodrilos es suficiente para pensarlo dos veces.

En el norte de Guatemala, en el departamento de Petén. Se necesita apenas de unas dos horas para llegar desde el corazón de Flores, cabecera departamental y como área protegida ofrece tanto un ambiente ecoturístico, natural, y las bondades de tener templos a corta distancia.

Área protegida y entorno natural

Si andás buscando hoteles con cable y aire acondicionado, andás en otro canal... Yaxhá es reconocido como un santuario por viajeros alrededor del planeta y aquí se disfruta la naturaleza.

Se puede pernoctar si problemas porque hay un área de campamento con baños y sobre todo seguridad. Esta parte está en alto para más tranquilidad y ahi mismo podés armar tu carpa.

Hay tanta vida que el anochecer es una orquesta natural, y no digamos el amanecer que te despierta con el canto de innumerables aves y el grito de los monos aulladores o saraguates que son estridentes y más parecieran el rugir de felinos enormes.

Al frente del campamento se tiene la vista de la Laguna de Yaxhá y del otro lado la isla de Topoxté, donde se encuentra una ciudad maya relacionada con Yaxhá. En medio no solo hay agua... Un letrero que nos pareció medio pintoresco decía: "no utilice jabón y tenga cuidado con los cocodrilos".

Sorpresa inesperada

Cuando estuvimos en Tikal hablamos de lo impresionante que es estar en la cima de un templo, ver la selva y encontrar otros templos a lo lejos. En Yaxhá, como decimos "es otro nivel".

Desde algunos de los templos altos se ve uno aún más imponente que le denominan estructura 216, y ahi es donde nos quedamos sorprendidos...



Subir su graderío lleva a una vista de la Laguna de Yaxhá, tan alto que podés ver las estructuras de Topoxté al otro lado en la isla. Y no es que tengamos ambición de poder pero estar ahi te hace sentir como uno de los gobernantes, inalcanzable, y volvemos a decir "a otro nivel".

Pirámides de película

No todas las pirámides mayas son iguales. Tikal tiene un estilo y Yaxhá tiene otro estilo bastante distinto. Las pirámides de Yaxhá nos recordaron mucho a las que se ven en la película Alien vs Depredador y no es broma.



En su plaza podés subir a algunos de los templos (no a todos dejan) y podrás observar el resto desde arriba, que están cerca unos de los otros.

Tuvimos la suerte de ver cómo trabajaban en la reconstrucción de los templos apilando rocas. Algunos eran como pirámides y otros como plazas. La parte más interesante es donde restauraban unas figuras enormes que estaban enterradas, pero por seguridad no dejan acercarse ni tomar fotos. Todos estos trabajos los hacían en áreas acordonadas y restringidas para los visitantes que como era de esperarse, es lo que más queríamos ver.



Fue impresionante ver cómo les llevaba tiempo y dedicación. Los trabajadores están obligados a regirse por métodos de restauración estrictos usando los materiales modernos con cierto límite. A pesar de que utilizaron herramientas mnodernas para cortar, mover y apilar, se ve que no es tarea fácil, ni digamos cómo era en tiempo de los mayas cuando no tenían estas herramientas.

Te invitamos a visitar Yaxhá

El camino es el mismo que tomarías hata Tikal si salís de la Ciudad de Guatemala. La Carretera al Atlántico pasa por Izabal subiendo hasta el norte. Ahí encontrarás una bifurcación que señala hacia Tikal. Justo al entrar a Los Amates hay otra bifurcación y las señales te guían hasta Yaxhá. Es puro asfalto excepto la última parte donde entrás al área protegida pero todo está en excelente estado.

Aprovechamos a decirte que debés llevar llanta de repuesto y tanque lleno porque desde Los Amates no encontrarás otra gasolinera... Y no exageramos... Tuvimos que dar la vuelta y regresar para llenar tanque o no llegamos...

A las 17:30 ya no te dejarán entrar así que hay que programarse bien porque es un área protegida con bastante seguridad y sí se toman en serio su papel de respetar los horarios. En la entrada te registrás en un libro de control y cancelás una tarifa a los guardias y custodios militares. Los extranjeros pagan más, si llevás cómo comprobar que sos guatemalteco pagás menos.

Conclusión: Yaxhá es ideal para ir en Semana Santa. No es mala idea programarlo para tus vacaciones o también un fin de semana basta si salís desde el vierens por la noche. Suficiente para retornar el domingo por la noche a la capital.

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