Laguna de Magdalena, un segundo Semuc Champey

19 de Julio 2015

Huehuetenango no deja de sorprender por la variedad de climas y bellezas naturales. En esta ocasión, una larga caminata nos llevó a un paraíso verde, aguas cristalinas y una enorme cascada. El lugar es tranquilo y se presta para un excelente fin de semana acampando.

Laguna de Magdalena, un segundo Semuc Champey
Ya en varias ocasiones planificamos un viaje a este lugar sin haber podido concretarlo, pero aprovechando una visita a Huehuetenango, decidimos no regresar sin visitar la Laguna de Magdalena. Para llegar desde la capital se debe tomar la Carretera Interamericana, se deja atrás a Sololá y Quetzaltenango en el camino y se sigue directo a Huehuetenango.

A partir de este punto, se debe tomar la carretera en ascenso al Mirador y al salir de las curvas, justo llegando a la planicie, se verá el letrero que indica 18 kilómetros hacia Magdalena.

Este camino es de terracería y es posible recorrerlo en un sedán, pero se recomienda un 4x4 o por lo menos un 4WD pues kilómetros antes de llegar, lo suelto del terreno y lo empinado, significarían un problema para un auto ordinario.

Llegamos...

Cada historia en este sitio web siempre tiene una anécdota curiosa, en este caso no podría faltar... Manejamos por la planicie a la 1:00AM y llegamos finalmente al área donde acamparíamos a las 3:00AM. Hacía bastante frío, los cristales de hielo brillaban en la grama al ser iluminada.

Montamos el campamento y descansamos para comenzar la caminata al otro día temprano. Por la mañana, la vista del cielo estrellado era indescriptible, sin comentar el azul saturado de la mañana. Desde el camino a la laguna es posible apreciar del otro lado las Piedras de Capzín.

Ovejas, roca y río

Laguna de Magdalena, un segundo Semuc Champey
Iniciamos la caminata y pudimos contemplar varios boulders (formaciones rocosas de tamaño medio, como del tamaño de una casa, en las que se puede practicar la escalada en roca). El camino está lleno de éstos.

Realmente representa un excelente destino para la escalada en roca. Abundan también las áreas para escalar y la roca requiere muy poca limpieza. Encontramos varios rebaños de ovejas y conversamos con varias personas en el camino sobre el lugar.

Vale mencionar que no se encuentra nada más hasta llegar cerca de la laguna, un par de casas y una tienda, por lo que hay que ir preparado con comida y suficiente agua si se decide caminar.

Seguimos el recorrido y encontramos un cauce cada vez más ancho y caídas interesantes. Luego una caseta de ingreso a la laguna totalmente abandonada.
Laguna de Magdalena, un segundo Semuc Champey
Llegamos finalmente a la laguna, se ve un letrero de la municipalidad del año 2,000 y tristemente... basura por todos lados.  El paisaje es muy interesante, realmente hermoso, sin embargo el cauce del río que precede a la laguna tiene un fondo lleno de empaques plásticos, botes, envases y baterías.

Permanecimos unos momentos en el lugar, que cabe decir es bastante frío también y decidimos buscar caminos que nos mostraran una mejor vista.

Dadas las características del lugar, es recomendable visitarlo por la mañana y al filo del medio día. Por la tarde suele estar totalmente neblinoso ocultando el paisaje. De hecho al regresar, la laguna estaba totalmente oculta.

Belleza y contraste

Laguna de Magdalena, un segundo Semuc Champey
No esperábamos encontrar caídas de agua de semejante belleza, tampoco la basura y contaminación presente en el área.

El agua de la laguna es verde y ya tiene extensas poblaciones de algas en sus orillas. Es prohibido nadar en el lugar... pero realmente nos pareció curioso el letrero... ¿prohibido? ¡es imposible!, a menos que se disfrute de enredarse en las algas y salir fosforescente...

Es verdaderamente triste que se arroje basura en el cauce del río, sin dejar de mencionar la tremenda acumulación de jabón que soporta. En resumen, se puede apreciar que la laguna sufre de un serio problema de contaminación.

Un cuidado especial del lugar podría representar ingresos económicos y fuentes de trabajo para los locales, sin embargo este tema es controversial, pues si bien existen muchos lugares como éste, con iguales necesidades de cuidado, es EL VISITANTE, quien debe también colaborar, pues los pobladores, convertidos en guías, no son recolectores de basura para limpiar lo que los visitantes dejan.

Más abajo, las caídas de agua que dejan acumulada la basura entre la vegetación funcionan casi como filtro, esto permiten que el cauce continúe con una apartente limpieza.

Otro Semuc Champey

Laguna de Magdalena, un segundo Semuc Champey
Caminando por los bordes encontramos un camino de ascenso y poco a poco fuimos circundando el lugar. La enorme formación rocosa al frente hacía recordar fotografías de paisajes japoneses.

Fue grato encontrar pozas cristalinas y varias cascadas. No existen caminos de fácil acceso a las mismas pero nos acercamos caminando entre rocas y troncos.

Realmente es un lugar impresionantemente bello. Estamos seguros que en épocas menos frías es un deleite, cual Semuc Champey de Alta Verapaz. Pero en este momento, era demasiado frío como para ingresar a las aguas.
Laguna de Magdalena, un segundo Semuc Champey
Llegamos al final del cauce, el cual termina en una caída donde se alcanza a observar la continuación del río como una diminuta línea blanca en el fondo. Al seguir el descenso por los bordes, se puede apreciar dicha caída de agua, la cual constituye una impresionante cascada de gran altura.

Debido a la vegetación y al bosque, fue imposible tomar una fotografía de la cascada completa. Se puede ver en varios tramos desde distintos puntos. Sin duda Huehuetenango es un destino que no deja de sorprender y que invita a ser explorado. Esperamos que esto inspire a las personas a cuidar los lugares y su comportamiento al visitar los mismos.

Igualmente esperamos que instituciones ecológicas se interesen en colaborar a promover estos destinos y a su vez, a facilitar fondos para su mantenimiento, pues personas interesadas en conservar Guatemala... abundamos.

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