El ascenso de volcanes

21 de Julio 2015

Requiere estar en forma, esfuerzo, paciencia y a veces un poco de sacrificio dependiendo de la dificultad del volcán que ascendamos, pero la vista desde la cima es algo apremiante que siempre vale la pena.

El ascenso de volcanes

Will Enríquez en el volcán Acatenango, al fondo, volcán de Fuego. Foto: Héctor Roldán.

El ascenso a montañas y volcanes ha fascinado al género humano desde cientos de años atrás y constituye una excelente oportunidad, tanto para poner a prueba nuestra condición física, como para contemplar paisajes verdaderamente inolvidables.

Lo que los ojos de un montañista pueden contemplar en sus viajes, es incomparable, imposible de encerrar en una fotografía y ciertamente muy difícil de explicar.

De mis ascensos a volcanes, recuerdo cada detalle y cada obstáculo, y a la vez, cada amanecer, cada atardecer y cada vista majestuosa desde las cimas.

Todo esto trae automáticamente un sentimiento de satisfacción y gratitud, y a la vez, cierta tristeza pues quisiera compartir ése momento, poder llevarlo a muchas personas, pero es sencillamente imposible. Es necesario experimentarlo en carne propia, paso a paso, y cualquier intento de fotografiar el paisaje, aunque ha brindado buenas imágenes, que impresionan a muchas personas, no se compara en nada con estar ahi.

Paz y tranquilidad

Luis Alberto y Héctor Roldán en el volcán Acatenango, al fondo, volcán de Agua. Fotografía: Will Enríquez.

Luis Alberto y Héctor Roldán en el volcán Acatenango, al fondo, volcán de Agua. Fotografía: Will Enríquez.

Las montañas y volcanes tienen algo mágico y misterioso que nos llaman, sin importar el frío, la distancia o la dificultad.

La paz y tranquilidad encontradas solamente las cumbres nos la pueden ofrecer, y es natural que surjan momentos de silencio profundo para reflexionar. Sin duda nadie regresa igual al descender de una cumbre, muchas cosas cambian y en muchos aspectos mejoramos.

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Volcán de Agua visto desde la cima del Acatenango. Foto: Héctor Roldán.

No es fácil encontrar compañeros de montaña, sin embargo, cualquier montañista de corazón es una excelente compañía, pues practicar esta actividad da como resultado un caracter templado, reflexivo y tranquilo, capaz de disfrutar la soledad y de trabajar en equipo a la vez.

Guatemala cuenta con infinidad de cerros, montañas y volcanes de distinta dificultad, cada cumbre es única, y ciertamente en nuestros ascensos encontraremos la "nuestra", la que nos llama y hace que busquemos el tiempo necesario para visitarla.


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